El Karate-Do es un camino de superación personal y como tal hay que despojarse (al menos dentro del Dojo de los malos pensamientos y las malas actitudes, pensando siempre en un práctica limpia y sana.
La práctica del Karate no se refiere tan sólo al desarrollo técnico de los movimientos, el ejercicio físico, el estudio de los katas y el kumite. También debe ir de la mano del desarrollo teórico la parte humana y la parte espiritual, el crecimiento como personas y ciudadanos ejemplares que unidos por el bien común benefician a la sociedad.
Para lograr esto, el Karate posee principios y objetivos comunes para el crecimiento de sus alumnos: respeto, justicia, armonía y esfuerzo son los primordiales.
La ética del Karate-Do posee principios fundamentales que conforman al código del Bushido, y estos son:
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· El Coraje: afrontar el reto de tomar decisiones.
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· El Desprendimiento: actuar desinteresadamente, sin egoísmos y generosamente.
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· El Honor: aprecio y defensa de la dignidad propia.
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· El Autodominio: tener control sobre los actos, emociones y palabras.
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· Generosidad: dar sin pedir nada a cambio.
· Imparcialidad: emitir juicios de acuerdo a la verdad.
· Paciencia: es tolerar lo intolerable.
· Serenidad: control de los impulsos ante conflictos y dificultades.
· Autoconfianza: creer en uno mismo.
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